Otoño en la Casa de CampoOtoño de manos de oro.
Ceniza de oro tus manos dejaron caer al camino.
Ya vuelves a andar por los viejos paisajes desiertos.
Ceñido tu cuerpo por todos los vientos de todos los siglos.
Otoño, de manos de oro:
con el canto del mar retumbando en tu pecho infinito,
sin espigas ni espinas que puedan herir la mañana,
con el alba que moja su cielo en las flores del vino,
para dar alegría al que sabe que vive
de nuevo has venido.
Con el humo y el viento y el canto y la ola temblando,
en tu gran corazón encendido.
De "Quinta del 42" 1952.
Especialmente para "la de marbella"
una foto muy apropiado para esos dulces versos
ResponderEliminarOtoño tan añejo como un vino
ResponderEliminarguardado en la bodega donde brindo
en la entrada del tiempo transformante
del color en sustancias cenicientas
renaciendo de muerte en nueva vida...
Y un beso en una hoja que ha caído
*Gracias, only. Las hice ayer en el lago. El viento arremolinó las hojas en un rincón y salio esa foto.
ResponderEliminar*enric, bríndemos entonces por la vida. Gracias por el poema.
Besos a los dos