Nunca he querido que se borrara mi recuerdo. Aunque lo publiqué en el blog anterior, me apetece hacerlo de nuevo.
Durante unos años de mi vida, compartí habitación con mis abuelos.
Durante unos años de mi vida, compartí habitación con mis abuelos.
Mi abuelo padecía asma y dormía en una mecedora.
Cada noche, me sentaba en su regazo y mientras me abrazaba, me cantaba bajito, me contaba cuentos y ya dormida, me llevaba a mi camita.
-Vamos a hablar un poco, luego te cuento el cuento, estoy cansado, hija
-¿Vamos a hablar como los mayores? ya tengo 9 años.
- Quiero que me oigas muy bien y nunca olvides lo que te voy a decir
- Nunca lo olvidaré, abuelito
- Abuelito, cuanto te quiero, siempre estaré contigo.
Me acurruqué en sus brazos, mirando sus bonitos ojos azules de donde caían gotitas que yo tocaba con mis dedos.......
.....Papá, papá, oí la voz de mi madre.
- Papá, papá - decía cada vez más alto-
Mi madre salió de la habitación sin decirme nada. Llegó mi padre. Me recogió de los brazos de mi abuelo. Me sacaron de la habitación con las luces apagadas
Nunca volví a verle…
Como dije la vez anterior, no es un recuerdo triste. Me gusta recordarlo.
ResponderEliminarEs - para mí- algo muy bonito.
Fué un 9 de noviembre, fiesta en mi pueblo. Por lo tanto, cada año ese día me viene a la memoria y no quiero evitarlo.
Quiero aclarrlo, por si alguien osa leer e imagina un texto triste.
Estoy blandita. Prometo empezar con mis tonterías en unos días.
Gracias y besos
Besos y gracias
Un gran gusto leerlo otra vez. Y las tonterías siempre tienen un fondo como esto, creo, de ternura, de cercanía, de una búsqueda...
ResponderEliminarUn beso
Es un recuerdo bonito y muy emotivo.
ResponderEliminarTu abuelo era un buen hombre.
Besos
Mi abuelo también murió en noviembre, yo tenía 7 años. Ojalá tuviera un recuerdo tan entrañable como el tuyo. Yo lo recuerdo en su biblioteca, metido en un ataud. De hecho casi es mi primer recuerdo de infancia. Pero tampoco es triste, porque desde ese día se convirtió en mi ángel de la guarda hasta los veintipocos.
ResponderEliminarBesos
¡Qué ausencia tan presente en una estrella
ResponderEliminarde luna de ternura en las manos!
Un beso en esta luna de ternura
A primera vista, sin aparecer el texto y cayéndoseme el párpado, me entraron ganas de sentarme y mecerme. Pero después me he emocionado porque es un texto entrañAble y hermoso, como una herencia de vida que no hay que olvidar.
ResponderEliminarY me he acordado de los míos.
Besos tiernos
te leo por primera vez...
ResponderEliminarme llenaste de tibieza y de ternura.
un beso*
qué pena leer esto, me han dado escalofríos y todo. Pero la historia en sí es bonita, es una suerte (si es real) que tengas esos recuerdos tan bonitos!
ResponderEliminarYa lo leí en el otro. Una historia bella como la realidad.
ResponderEliminar* Giovanni, imaginaba que recordarías.
ResponderEliminarNoviembre me pone muy blandita y me vienen los recuerdos especiales.
*Fátima, recuerdo a mi abuelo como un hombre estupendo y cariñoso con todos nosotros. Su enfermedad no le dejó vivir más. Así es la vida.
Rat. Cuando se fue mi madre, mi sobrino pequeño tenía 7 años. Su madre se empeñó en que fuera y le llevaba de mi mano. En un momento dado, me dijo ¿ Tita, abuelita no está ahí dentro, verdad? Le temblaba la mano cuando me lo preguntó. Por supuesto no le contesté, le pregunté ¿ Donde estará?
¿Sabes que me contestó? En el país del Principito y el primo ( piloto) me va a construir un avión lleno de luces de colores, para cuando cumpla 12 años ir a verla y se ponga muy contenta.
Pensé que no debía estar allí y le dije ¿ Nos vamos a comer un helado de su sabor preferido?
Y nos fuimos los dos...
* Muchas gracias, Rayuela. Una sorpresa encontrarte en mi blog.
Camino con la mano en la baranda de la ternura,. Me gusta.
* No te de pena, only. Mis abuelos nos llenaron la vida de una alegría inmensa. Es - para mí- algo precioso. Algo debió presentir, pues esa noche, beso a todos de forma especial y especialmente de mi abuela, según me contaron cuando tuve algo más de edad.
* Tienes razón, enric. Salvo lo de ser buena y no pelearme con mis hermanos, lo cumplí todo.
Isa, no creo pueda olvidarlo. A las niñas, les gustaba oír la historia cuando se iban a dormir.
A partir del final, la historia la seguían ellas. Nunca pensé que mi abuelo podría viajar tanto y esconderse en tantos lugares cuando la imaginación de ellas se disparaba.
Besos y gracias a todos
*
Nán, también suponía que lo habías leido.
ResponderEliminarMe apetecía mucho, escribirlo de nuevo.
Besos.
* Tú última historia me recuerda al lápiz del carpintero
Mi abuela tambien se marchó despacito, casi sin darnos cuenta. Nunca he olvidado nada de ella. Fue la mujer de mi vida.
ResponderEliminarHola, Aquí. Eres literatura andante. Eres la supraficción, o sea, lo real que supera lo imaginado.
ResponderEliminarEsto no te lo había leído nunca. Me ha encantado y emocionado.
Me lo imprimo para guardarlo en mi carpeta de relatos vividos mágicos.
* También guardo tiernos recuerdos de mi abuela, la de marbella
ResponderEliminar* Saiz, qué me sacas los colores.
También guardo recuerdos dolorosos. Esos se quedarán guardados entre los pliegues de mis faldas.
Un abrazo a vosotros.