jueves

Noche de luna llena

 
 
 
 
 







¿Cuándo piensas dejar
 esas fiestas nocturnas junto
a tus amigotas?


un día te matas...

Ay, ay. Me duelen todos los huesos.
 No me hallo, no me veo ¿ Se habrán estropeado mis zapatos nuevos?



 
 
 

martes

23 de abril...








Señor, las tristezas no se hicieron para las bestias, sino para los hombres, pero si los hombres las sienten demasiado, se vuelven bestias. Que la virtud más es perseguida de los malos que amada de los buenos...


 

lunes

No es lo mismo...

Esta foto es de Julia. Vive en la calle del Pez, cerca de San Bernardo. La historia, si es cierta, es estupenda. Se vestía de hombre para poder asistir a la universidad. No estaba permitido que acudieran mujeres.
¡ Tras Julia! fue la consigna. En su honor se colocó la estatua.

Estaba colocada en medio de la acera.
 Un día, hace años, me tropecé con ella, le pedí disculpas y ella me sonrió, entendió mi despiste. El brazo me dolió durante quince días.
 Dicen que, la destrozaron los gamberros y yo tengo mis dudas. Si alguien, con mal genio, se tropezó con ella como lo hice yo, se liaría a patadas y se quedó la pobre hecho un primor.

 La han re-colocado pegada a la pared. Mucho mejor.

Sí, el sábado pasado estuve en Malasaña. Más de diez años caminando sin prisa. Siempre cruzaba en coche y de trabajo.

Unas cañas aquí y otras por allí. Croquetas casa Julio. Callitos en el bocho y pepito de ternera en el palentino. Empezamos a las doce y acabamos a las cinco.
La báscula de casa gritó desesperada ¡ No te subas, no te peses por favor, que me vas a romper! ¡ Cretina, desalmada ! ¿Cuántos kilos de más se te han pegado al gordo culo? No quise contestar, aunque lo de gordo culete me sentó fatal.

Perdón. No era de eso de lo que quería hablar...

Yo quería decir que Malasaña no me gusta para vivir. Para divertirse, por supuesto que sí ´.
Escasean los árboles, las fuentes y los espacios libres. Las calles son estrechas y hay mucha polución. De día hay mucha gente. De noche debe ser mucho peor. Hay cientos de locales que abren por la tarde hasta la madrugada. De día están cerrados.

Me gusta oír los mirlos antes de amanecer y cuando cae la noche. Ver como  miran los gorriones preparar el desayuno esperando las migas. Ver si ha llegado al río la garza real  cuando anochece sentada con amigos en los bancos -de sentarse- sin ruidos de coches mirando las estrellas si apetece.

No es lo mismo...








 



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