¿No hay nadie aquí?
Debía contestarme mi hijo. Pero mi hijo es ya un brazado de flores secas. Mi hijo es ya una voz oscura detrás de los montes. No quiero llantos en nuestra casa. Sus lágrimas son lágrimas de los ojos nada más, y las mías vendrán cuando yo esté sola, de las plantas de los pies, de mis raíces, y serán más ardientes que la sangre. Aquí quiero estar. Y tranquila. Ya todos están muertos. A medianoche dormiré sin que me aterren las escopetas
Monólogo de la madre en Bodas de Sangre
Joan Baez llegó a decir: "Es la canción antibelicista más bonita que he escuchado en toda mi vida"