Quedaron atrapados por la tierra el día cinco, un día antes de mi cumple. Cuando supe que estaban vivos, nunca pensé que saldrían con vida de lo profundo de la tierra.
Sus vidas ya no serán las mismas. El Mundo entero les mira, les observa con detenimiento.
Me siento feliz por ellos. Lo demás está por venir.
jueves
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Vamos a ver cuanto tiempo tardan los medios de comunicación en olvidarse de ellos, de los mineros en general, supongo que todavía menos que de Haití.
ResponderEliminarJosé Luis. Te respondo. En cuanto el negocio de la venta de imágenes se haya obtenido y haya disparado las acciones bursátiles de los medios. Esta es la impura realidad.
ResponderEliminarPor otra parte, me hace pensar el tema en que si yo fuera ahora joven y me hubieran tocado aquellos "instructivos" Ejercicios Espirituales ignacianos, seguro que el cura de turno que los dirigía estaría utilizando el caso para sacar sus conclusiones "morales" al respecto e influir en las mentes sencillas. Un antecedente de los "media" de hoy día.
Y sin embargo...
Fackel
ResponderEliminarCierra los ojos y piensa lo que hubiera pasado por tu cabeza viviendo enterrado bajo tierra tanto tiempo.
Piensa sin condicionantes exteriores. En crudo.
La emoción de saberlos a salvo no me la quita nada ni nadie.
ResponderEliminarHay un tiempo para todo.
Un abrazo
Naturalmente, comparto con vosotras la alegría y admiración por la salvación de los mineros. Es emocionante, y también perturbador. Es más, supongo que servirá de precedente. Y deseo que cada vez que vuelva a tener lugar un suceso terrible de cariz análogo, se pongan los medios adecuados. Y mira que ocurren accidentes y catástrofes terribles. ¿Dispondrán de los medios adecuados tantos países del mundo donde la frontera entre vida y muerte en el vivir cotidiano apenas se percibe?
ResponderEliminarNo es incompatible el alegrarse por la vida rescatada con analizar otras cosas que hay detrás. No debemos ser parciales, ni ver la vida solamente por un lado. Creo.
PD. Lo de la técnica y esfuerzo de los humanos que han montado la operación de rescate es el verdadero "milagro". Sin ese medio, ¿dirían los mineros que sabían que Dios les iba a salvar? Nunca sabremos reconocer lo suficiente el valor de la capacidad humana al perfeccionar los medios que nos procuren ayuda y desarrollo. Y ésta es una ocasión magnífica para hablar de ello, sin lo cual la emoción por el rescate de la vida no podríamos manifestarla.
Cordiales.
Por cierto, Aquí, no entiendo por qué deduces de mis palabras que no valore lo terrible de ese acontecimiento de permanecer enterrado. Sí, tal vez deberíamos cerrar los ojos todos e imaginar lo difícil de imaginar. ¿Y luego?
ResponderEliminarAzar y esfuerzo humano se han juntado para salvar sus vidas. Otros no tuvieron jamás tanta suerte. Me alegro por estos chilenos de ahora. Naturalmente.
* J.L. Será como siempre. Ellos se quedarán con sus soledades, penas y traumas por superar y los demás, se habrán llevado el dinero.
ResponderEliminarRat. Es justamente lo que siento. Todo tiene su tiempo.
Besos
Fackel: Desde mi punto de vista:
ResponderEliminar"Naturalmente, comparto con vosotras la alegría y admiración por la salvación de los mineros"
Ya está. Hoy es el día de sentir alegría por ellos. Nada más.
El resto de las preguntas no las puedo contestar por desconocimiento. Si tuviera una varita mágica, no existiría ni una tragedía más de ningún tipo. Me cuesta creer que nazca para sufrir, a veces, tanto.
Tampoco pienso decir nada sobre las creencias de cada uno. Si así lo hiciera, estaría metiendo las narices en la libertad personal de los demás y no es mi costumbre. La libertad que pido para mí, es la misma que deseo para los demás.
Es dificil que deduzca nada, no te conozco y no suelo juzgar a casi nadie.
Vivimos en un país donde todos corremos mucho sin saber saborear el momento de felicidad que todos nos merecemos. Es a eso a lo que me refiero. Ellos, ahora, se merecen SU MOMENTO. Nada más y nada menos.
Nunca podría opinar algo así, siendo lectora de tu blog y notar a través de tu palabra escrita que eres una persona de mucho corazón y sentimiento.
Un poquito cascarrabias a veces. Muy poquito, de verdad.
Un abrazo, Fackel