miércoles

Sorpresa...




Comprendo que, cuando las cosas no me gustan, me quejo.

Da igual si es un restaurante, una tienda; en casa y a los amigos. Si algo no está o no me parece bien, protesto.
Tanto, que me parezco a Nán y a Fack cuando se ponen cascarrabias.

Cuando las cosas salen bien, me gusta dar las gracias. Lo hago en cualquier sitio. No puedo remediarlo.

* Desde que tuve el accidente, en septiembre del 2009, la relación con centros y personas de los ambulatorios y hospitales, ha sido muy fluido.


Hospital, rehabilitación, recuperación...
 Menos el departamento de psicología, creo que he visitado todos.
Cuando todo pasó, me fui al departamento de atención al paciente.
Pedí el documento donde dar las gracias por la atención y el trato recibido durante tanto tiempo.
No existía tal documento. La señora que me atendió, no salía del asombro
-Tenemos el de quejas. Todo el mundo se queja, muy pocos agradecen el esfuerzo – Me dice la persona que atiende-
- ¿Podría escribir a mano? - le pregunto -
¿ De verdad quieres hacerlo? Pregunta ante mi insistencia
- Sí, claro. Durante muchos meses, he recibido un trato exquisito por todo el personal y quiero que se sepa.
- ¿No te importa que te prepare un documento para ello o prefieres escribir a mano?
- Prefiero hacerlo a mano, si no existe el documento pertinente.


Daba las gracias por todo a todo el personal y especificando. Médicos, enfermeras, conserjes, ascensorista; las personas que ayudan a subir a la silla automática. Las que dan las citas. A todos. No quería centrar el tema en unos cuantos. De una forma o de otra, de todos ellos recibí ayuda, en momentos muy duros.


A la semana recibí una carta de la dirección, dándome las gracias por ello.
Me gustó saber que no se había quedado en un papel mojado y que había pasado por todos los departamentos.


La gran sorpresa, me la he llevado hoy, cuando en una revisión rutinaria de las lesiones, me han vuelto a dar las gracias por la carta, en la consulta, una enfermera y un médico a los que no había visto nunca o no les recordaba.
Entiendo que mi nombre y mi apellido son bastante llamativos e incluso a veces, difícil de olvidar. De ahí a que meses después, se acuerden de mi cara, va un abismo.
¿ Cómo podrían saberlo?

Soy bastante curiosa y les pregunto.

La explicación es simple. Consta en el historial.
¿Cómo es posible que algo de ese tipo conste en el historial? – He preguntado sorprendida-

La falta de costumbre – Ha sido su contestación –


Me han dicho que estoy bien y me he venido a casa muy contenta…






14 comentarios:

  1. Te comprendo porque a mí me pasó algo parecido con la enfermedad de mi madre. Quise dar las gracias por las atenciones recibidas en su última y difícil etapa y, curiosamente, lo tuve que hacer en el libro de reclamaciones, era lo que había. No obstante llegó, y aún consevo la carta que el delegado me escribió personalmente dándome las gracias.
    Y como ilustración, hay un pueblo camino del mío que en el centro de él se levanta la estatua de un trabajador sobre una base de piedra donde están escritos todos los derechos, pero no hay ninguna obligación.

    Me alegro de que estés bien y con ganas de comerte el mundo.

    Un fuerte abrazo.

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  2. Yo también me alegro de que estés cada vez mejor. Ya era hora, seguramente se te ha hecho muy largo.

    Saludos

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  3. Enhorabuena por las buenas noticias medicas!!!!! Tener salud es tenerlo todo Amiga.
    Antes de ayer en el hospital fuí testigo del trato exquisito que nos dispensaron aun teniendo en cuenta las circunstancias de mi madre. Dimos las gracias tantas veces que la gente nos miraba raro. Creo que es por lo que dices, estan acostumbrados a que les den quejas pero no alabanzas.
    Besos, no dejes de venir a verme de vez en cuando.

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  4. Guay... Que bonito es el mundo.. y que feo lo hacemos a veces... Otras hay gestos que lo hacen relucir¡¡
    Un saludo....Jo.. me das la charla porque tardo en publicar... aggg Un poco liado... el blog de la pecera.. el de foto..buscarme la vida. ñoooo....Jajajajjaja.
    Max.

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  5. Con la enfermedad de mi padre recibimos un trato buenísimo y yo también quise dejar constancia. Como era "joven" y no tenía mucha experiencia en esas cosas, lo único que se me ocurrió fue presentarme en el despacho del doctor y darle las gracias a él personalmente y a todo su equipo. Me miró, me echó una sonrisa y una mirada de aprobación y condolencia al mismo tiempo (mi padre acababa de fallecer).

    Cuando tuve mi segundo aborto el trato también fue de lo mejor. Quise enviar un ramo de flores a las chicas que me atendieron en la maternidad porque fueron un amor desde el primer celador hasta la ginecóloga, la anestesióloga, ¡todos! Fue lo único bueno que saqué de todo aquello.

    Con mi madre no tengo tan buena experiencia.

    Me alegro mucho de que estés ya muchísimo mejor. Dentro de poco haremos medio maratones, ¿no?

    Un besazo, guapa. Ole por ti.

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  6. No es extraño que estés contenta. Has hecho lo que considerabas justo. A mí me parece que si todos anduviéramos por la vida de ese modo, mejor sería la vida para todos. Pero este es un país de quejicas. ¡Qué le vamos a hacer! Es uno de nuestros defectos y no es el único.

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  7. Esa fue también mi experiencia. Es dificil ser humano con los enfermos, porque hay como una separación que marca la enfermedad. Ellos, los médicos, las enfermeras, son humanos. Y eso se agradece mucho.Yo también di las gracias, aunque las cosas no salieron bien.

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  8. Deberías haber hecho la correspondiente queja escrita y timbrada, para protestar por no haber el documento pertinente de agradecimiento por el trato recibido.
    Y es que si no nos quejamos, nunca conseguiremos que nos atiendan correctamente.

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  9. Pau, ¡qué agudo! Estoy contigo en lo que si no nos quejamos, nunca conseguiremos nada porque sí que es verdad que parece que nos tienen que abrir siempre los ojos para lo que hacemos mal. Eso sí, también está bien que nos den una palmadita en la espalda cuando hacemos la cosa bien.

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  10. Me ha gustado mucho tu posto y me da una gran alegría que estés ya perfectamente.

    Estos en un proceso largo con la Sanidad Pública y, aunque he detectado una falta de medios importante, me tiene alucinado el trabajo que hacen todos los profesionales, el tratao maravilloso que tienen contodos (son cosas que se ven, no solo conmigo). También del trato profesional, cuando ven que lo que tienes no es una gripe.

    Me has recordado un caso parecido. Unas de las horas felices de mi vida las pasé en el Chilida-Leku. Aparte de que el sitio es fabuloso y las esculturas metidas en una gran extensión natural, siempre había personal en una situación discreta, para no interferir. Y en cuanto necesitabas algo, te daban todo tipo de explicaciones bien fundamentadas, y con muy bueno rollo.

    En la tienda compramos unas chorradas (yo siempre compro lápices) y pedí el Libro de Recomendaciones. Solo tenían el de reclamaciones, así que me dieron una hoja y escribí todas mis alabanzas al personal.

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  11. Desde pequeñitos nos enseñan a dar las gracias por todo de una manera tan formal que parece que de mayores nos cuesta darlas de corazón. Veo que tú eres generosa en dar las gracias y en dar las quejas. Gracias por la lección.

    Y ahora voy a quejarme de que una foto tan bonita se caiga a la izquierda...mhija, endereza ese horizonte!

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  12. Referente a temas de ese tipo, todos tenemos quejas.
    En nuestros respectivos trabajos, también tendremos fallos y aciertos.
    Por lo menos en el mío, cuando alguien da las gracias o felicita, lo enmarco.

    un beso y gracias a todos

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  13. * la de marbella:
    Siempre estaré cerquita, si mis palabras te consuelan o te animan un poquito.

    Un beso

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  14. Francisco, si tuvierámos la llave de la vida en las manos...

    un beso

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