El intelectual medita, reflexiona, discurre, se inspira, busca, investiga, analiza, discierne, desmenuza, razona, contrapone conceptos, filosofa, organiza las ideas, proyecta, imagina, especula, atribuye causas a los efectos y efectos a las causas, interconecta fenómenos... en fin, hace uso de las limitadas pero a su vez vastas capacidades de la mente humana. Mientras se considera que el intelectual trasciende, el mediocre no lo hace. Por ello se plantea el problema: "¿Cómo libramos a los intelectuales de la mediocridad?" No es simple. Se reta a los intelectuales a que empleen su intelecto para resolver esta situación, que persiste no sólo en los intelectuales sino en las personas en general.
Virgencita, virgencita, que me quede como estoy...
¿El intelectual? ¿Y quién es ése?
ResponderEliminarEs que a estas alturas ya no me queda claro.
Salud y escepticismo.
Bueno bueno, dime uno que nombrará a sí mismo como "El mediocre". Creo que complicado lo tenemos.
ResponderEliminar¿Cuáles son los criterios a seguir? ¿Quién sería el "jurado?
P.S: Por cierto, me tienes perdida.En mi blog me comentaste: "¡¡ Por fin te encuentro!!
Voy a ponerme al día".
¿Nos conocemos? ¿Me buscabas?
Saludos.
Para mí está muy claro que el hecho de que una persona sea "intelectual" implica sólo que tiene determinados conocimientos o capacidades, pero no prejuzga nada a favor de su valoración ética. Muchas personas implicadas en graves casos de corrupción son profesionales de alta cualificación (abogados del Estado, agentes de bolsa, funcionarios de primer nivel) que no han tenido reparos en aprovechar -precisamente- sus conocimientos para conducirse de modo vergonzoso. En la política vemos personas cualificadas que no tienen inconveniente en mentir, insultar, ocultar, manipular... Al parecer hay cosas más importantes que la verdad y la honestidad, como el ansia de poder y de dinero (poder para conseguir dinero: así, en los ayuntamientos, para forrarse mediante el compadreo y la especulación inmobiliaria). Los grandes monstruos de la humanidad (Hitler, Stalin, etc) no eran precisamente analfabetos sino personas con cultura e inteligencia (claro que habría que preguntarse qué entendemos por "inteligencia": sobre este asunto tiene mucho escrito José Antonio Marina). Bin Laden (según tengo entendido) es ingeniero... En fin, podríamos seguir, pero la conclusión es clara: la cultura y la formación científica, técnica, etc no presuponen para nada la honestidad de la persona.
ResponderEliminarComo decía Millán Astray, y Jose Antonio Primo de Rivera le copió: "Cuando oigo la palabra "intelectual" me echo la mano a la pistola".
ResponderEliminarTe veo por la misma senda, Luna, Lunita Cascabelera.
Intelectual? eso qué es? ;)
ResponderEliminarBesosssss
¿Y qué hacemos con los intelectuales mediocres?
ResponderEliminarComo sugería Montaigne- que de estas cosas sabía un huevo- lo que hay que preguntarse es quién es mejor intelectual , no quién es más intelectual.
ResponderEliminarBesotes, Carita de Limón.
Como yo soy mediocre, no estoy preocupada.
ResponderEliminarBesos!
Perdón a todos.
ResponderEliminarNo había visto los comentarios.
Voy a cambiar lo de gacelilla un poco loca por gacela seria y preparada.
Gracias por vuestros comentarios.
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