Sigo medio atontada de lo que he disfrutado.
Nunca pensé que iba a ser tan bonito.
Las pajes, recorrimos las calles saludando a los niños. Hablando y preguntando sobre su comportamiento.
Unos corrían, aterrorizados. Otros se quedaban sin habla y a otros se les soltaba la lengua de los nervios.
-Toñín, tu rey mago nos ha dicho que tiras piedras a los gatos y eso no está bien
-Ya no. En verano era pequeño y no lo voy a hacer más. ¿Cómo se ha enterado?
-Los reyes lo ven todo, son magos. Si ya no tiras piedras, tendrás regalos.
-Gema, tu rey nos ha contado que no le das besitos a tu hermana pequeña y que no quieres verla desde que nació ¿Por qué?
-Es que es muy pequeñita y muy llorona y las cacas huelen muy mal. Desde que la "trajieron" a casa ya no me cuentan cuento por las noches y y y ella come la leche de mamá y yo no
-Desde hoy vas a quererla mucho y te van a contar cuentos por las noches. El rey se lo dirá a papá y a mamá. Hoy antes de irte a dormir y esperar a los reyes, dale un besito a María que a lo mejor llora por que le faltan los besitos de su hermana.
-Voy a darle muchos besos todos los días y voy a pedirle un chupete rojo, dos, uno para ella y otro para mi.
La madre nos miraba con carita de pena. Da tanta guerra la peque que no nos hemos dado cuenta del sufrimiento de Gema...
La entrega de regalos por la noche fue preciosa. La hicimos en la iglesia. Para hacerlo en la plaza hacía mucho frío, empezaba a nevar y no era plan para los mayores ni para los niños. Nosotros, los reyes y las pajes, íbamos calentitos del vino con higos. Me comí cinco higos que son los que se chupan el alcohol del vino
¡Qué simpática me puse! Bueno, nos pusimos. Subir y bajar de la "ratona" nos costó.
Hay dos historias especiales de ese día. Las contaré.
Una es la de Felisa que tiene la memoria entre brumas.
La otra es la de Julián, un niño con problemas de movilidad.
Os puedo asegurar que a lo largo de mi vida he vivido muchas situaciones que me parecieron deliciosas
La de ser paje, no la voy a olvidar. Es, sin lugar a dudas, la más especial.
Feliz entrada al año nuevo.
¡Que experiencia tan maravillosa !, seguro que no se te olvida.
ResponderEliminarUn abrazo.
Desde luego.
EliminarDifícil de explicar las emociones vividas.
Un abrazo preciosa
Qué emocionante!! Y además cuando se trata de niños
ResponderEliminarmás todavía, es el día que me gusta más de la Navidad.
Un beso
Ana
La verdad Ana es que en un lugar pequeño todo se contagia y todos recobramos la ilusión y las ganas de volver en ese momento a la ignorancia infantil sobre el tema
EliminarUn abrazo
Viviste una noche realmente mágica con esos niños y no hay nada como contagiarse de su ilusión y la forma que tienen para ver las cosas. Esta experiencia, como dices, es de las que llenan el corazón y no se olvidan ¡maravilloso hacer de paje!
ResponderEliminarBesitos.
Un día y una preciosa noche que nunca olvidaré y que pienso repetir si se me permite.
EliminarUn besazo
no me cansaré de darte las gracias. Gracias por ayudarme a reconciliar con la noche más mágica en estado puro, sin más colorante (o mejor dicho, colorete) que el imprescindible.
ResponderEliminarBesos
Ay, ay, Dongil.
EliminarHágase mayor pero no viejo, por favor.
Ya he leído su entrada sobre el tema.
Desde mi punto de vista esa la noche viví con toda la magia que el asunto requería y aunque parezca una solemne y gran majadería, sé que me ayuda vivir ese día a día de adulta, tan duro a veces
Un beso
bonita historia amiga.¿ quien decide que seas "paje", que es ser paje? gracias.
ResponderEliminarahghghghghghghghg Una Republicana vestida de Rey.....
ResponderEliminarTraidoraaaaaaa ..jajaja
beso
S
Blanca a ver como te explico:
ResponderEliminarSer paje de un rey mago es ser el ayudante. Vamos el que carga y descarga los regalos y el que se cae del camello o de la Mula, llegado el caso. (sonrisa)
Un abrazo y un placer ver tus letras.
Envía a Saiz si entra en tu blog un gran abrazo
Besos, besos y cuídate mucho
Sici, no seas envidioso.
ResponderEliminarIba de paje y sin cobrar.
Besos