sábado

Abuelito dime tú...


* No pensaba ponerla. La he puesto alguna vez anteriormente. Hoy, recordando a los que nunca se van del corazón, me vino a la cabeza y aquí está de nuevo. Una pequeña historia.


Durante unos años de mi vida compartí habitación con mis abuelos.
Mi abuelo padecía asma y dormía en una mecedora.

Cada noche, me sentaba en su regazo y, mientras me abrazaba cantaba bajito, me contaba cuentos y ya casi dormida me llevaba a mi cama.
Una noche de noviembre, mi abuelo me dijo:
-Vamos a hablar un poco, luego te leo el cuento, estoy cansado, hija

-¿Vamos a hablar como los mayores? ya tengo 9 años.
- Quiero que me oigas muy bien. Nunca olvides lo que te voy a decir

- Nunca lo olvidaré, abuelito:
"Sé siempre una niña buena y cuida mucho de abuelita. Sonríe a todos. Come lo que mamá te ponga. No te pelees con tus hermanos y recuerda que abuelito cuando se convierta en estrella, te verá desde allá arriba, señalando desde el balcón a un trozo de la luna.


 Mi abuelo, siguió hablando, hablando, ya casi no le oía. Se me cerraban los ojos. Me besó de una forma  especial.
Me abracé a él y le dije:
- Abuelito, cuanto te quiero, siempre estaré contigo.
Me acurruqué en sus brazos, mirando sus bonitos ojos azules de donde caían gotas que  tocaba con mis dedos...

-Papá, papá, oí la voz de mi madre.
-Papá, papá, decía cada vez más alto
Mi madre salió de la habitación sin decirme nada.


Llegó mi padre. Me recogió de los brazos de mi abuelo. Me sacaron de la habitación con las luces apagadas

Nunca volví a verle…

12 comentarios:

  1. Hermoso recuerdo. Has tenido una suerte inmensa. Un abrazo. franziska

    ResponderEliminar
  2. ¿Cuantos y que hermosos recuerdos
    me has hecho revivir!

    Un beso

    ResponderEliminar
  3. Uno de mis abuelos también tenía los ojos azules y recuerdo su cara y sus manos arrugadas por tantas horas al sol.

    Cuanto nos quieren los abuelos....

    Bella y confortable tu historia, gracias por compartirla.

    Un abrazo Aquí

    ResponderEliminar
  4. Cuando mi abuelo murió yo tenía también 9 añitos, pero su recuerdo y su cariño jamás han mermado en mi memoria. Una historia preciosa que nos dejas y con la cual abres muchos rinconcitos de los corazones. Un placer llegar hasta tu blog.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  5. La recuerdo pero es tan hermosa que sí a te gusta recordarla, a mí también.
    Abrazos.

    ResponderEliminar
  6. ¿Cómo se te ocurre contar una cosa tan bonita y lacrimógena sin avisar naricilla? tú no sabes que a mi se me hace moquear con naaada...

    Mira, para hacerte rabiar y compensar la lágrima que se me ha escurrido por tu culpa, con una sonrisa que espero que te salga a ti, te voy a contar una historia parecida, pero diferente que me ocurrió con mi abuelo.
    ¿Te he dicho ya que la tuya es preciosa verdad? sí... vale... escucha.

    Verás mi abuelo, vivió toooda la vida con nosotros, cuando cumplí 18 me fui a estudiar fuera un día me llamaron que volviera a casa que mi abuelo estaba muy mal... llegué me senté en su cama y mientras hablábamos mi prima que estaba con él y yo... de pronto pareció que expiró... mi prima como una loca empezó a llamar a gritos a mi madre ¡¡¡ tía... tíaaaa... tíaaaaa... que el abuelo ha muerto!! mi madre llegó y nos encontró asustadísimas a su lado... mi madre le agarró la mano y empezó a llamarlo toda nerviosa ¡¡papá... papá...papááááá!! mi prima que es una hsitérica ya estaba berreando a todo trapo y de pronto mi abuelo abrió los ojos y dijo:

    Pero...¡¡¡ ya es hora de comer !!! jajajaja

    ¡¡ Imagínate !! no sabíamos si llorar o reír... Pobrecito... murió la día siguiente, pero esa escena no se me olvidará en la vida;-)


    Creo que somos muy afortunadas, disfrutar de los abuelos es una de las cosas más preciosas que puede tener un niño en esta vida, gracias por sacarme una lagrimilla cielo.... de estas me encantan.



    Un beso gordo bonita... ¿¿o debo llamarte HEIDI??

    ResponderEliminar
  7. Te iba a comentar en tu atardecer dorado y no pude,,,
    no sé por qué.

    un abrazo.

    ResponderEliminar
  8. Esta historia de de lo más conmovedora, me ha gustado como describes ese momento y de como de niños no nos damos cuenta de algunas cosas que luego se rescatan de la memoria.

    Me gusta también tu ocaso y la espuma del mar, pero no tienes habilitados los comentarios ¿?

    Un beso enorrrrrme.

    ResponderEliminar
  9. Y mi nombre son todos los mares.

    un abrazo.

    ResponderEliminar
  10. Yo llegue tarde. Se murió esperando que llegase. Ya no estaba. En nuestra habitación vi su bastón colgando de la percha y entonces me vino de golpe una tristeza enorme y sin consuelo.

    ResponderEliminar
  11. ¿ Qué ha pasado en tu vida que no quieres decir?

    Besos con Z

    J.

    ResponderEliminar

Archivo del blog