miércoles

Goya y la rosa...




Cada martes, como algo obligatorio,visita a su vecino  Paco. La gente, en general, siempre  le llama Goya
 Después de tres martes seguidos y siendo su  vecino decidió  llamarle Paco.
Le gusta ver sus frescos a través de los espejos  con  detenimiento. Sin prisas. Gozando de ese rato de silencio de la primera hora.
En su última visita, había un señor con una rosa roja entre sus manos.
Se puso delante de la tumba, inclinó la cabeza  durante unos minutos y se sentó al lado.
El recinto es pequeño. Solo estaban los dos.
 Ella miraba y él, un poco retraído, sonrió.
Le cuenta que viene cada año a dejar una rosa. Que viene de Italia. De Pisa. Hace una ruta por España y en la última escala, antes de volver, visita a Goya y deposita la rosa.
Ella le dice que le parece una bonita idea y muy romántica.
¿Romántica?  Comenta un tanto extrañado. Se ríen tanto que, una de las bedelas, les llama la atención.
Ella le dice que viene cada martes, que vive muy cerquita.
¿Aceptaría la rosa?
Ella le dice que es una mujer casada y no estaría bien aceptar una rosa roja y mucho menos siendo de Goya.
-   A Goya le encantaría que la aceptara. Para él sería difícil ofrecérsela, para mí, no.
Y ella en uno de sus impulsos, grito:
- Paquito, me quedo con tu rosa.
En su casa la tiene en un jarrón con agua…

6 comentarios:

  1. Pues me gusta la historia breve. Tiene detalles, sí señor. No sé si porque yo soy un adorador de Goya o porque poner una flor en la tumba de un creador muerto me parece un detalle precioso o porque me siento solidario cuando la cicerone les llama la atención (yo he tenido altercados con estos vigilantes a cuenta de hablar alto y con pasión en las exposiciones y museos, como si fueran recintos sagrados. La sacralidad está en otra parte, no en la forma, pero ellos tienen que hacerse notar) Goya, obviamente es un condescendiente con las mujeres naturales y vivas; al fin y al cabo, no va a decir que no desde ultratumba. Para qué.



    (PD. Una rosa es una rosa es una rosa...y un puño es un puño es un PUÑO...mucho antes de que nuevos iconos se apropiaran de los antiguos)

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  2. Ainn, qué bonito. Una rosa roja que viene de Italia no es para rechazarla y menos con ese ofrecimiento.
    Espero te dure mucho.

    Besos

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  3. Me ha encantado! Goya se quedó sin la rosa, pero yo creo que la rosa estará más contenta de estar en un jarrón con agua...

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  4. Son pequeñas y deliciosas historias y ocurren pocas veces en la vida.

    Quedará guardada como la rosa de Goya.

    Un abrazo

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  5. ¡Qué hermosa historia!
    Yo también habría aceptado la rosa, al fin y al cabo es el símbolo de la belleza y la admiración y a Goya de poco le iba a servir que le regalen una flor.

    Un besito!!

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  6. Seguramente, por los problemasde bloguer, han desaparecido algunos comentarios.
    No importa, os doy las gracias a todos por molestaros en venir.

    Abrazos

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