
- ¿Por qué en vez de ir a la playa con los otros, te vas a la piscina?
- Me lo ha prohibido el trauma, después del retroceso, coti-perra.
- ¿No será que te gusta el socorrista?
- Calla, calla, no digas tonterías. ¿Gustarme el socorrista?
- ¿Qué haces cuando vas allí??
- Entro al vestuario, me pongo el bañador y salgo a la piscina.
- ¿Biquini o bañador?
- No sé, depende el día.
- O el socorrista ¿No?
- ¡Hijapordios! Qué mal pensada eres.
- Ya, ya. Te conozco muy bien. Voy a chivarme.
- Da igual. No tengo nada que esconder.
- Ya veremos
- ¡Cotilla!
- Je, je.
En la piscina pública del pueblo, solamente estamos el socorrista y yo. Nado constantemente y luego conversamos un buen rato.
Anoche, en el “Manolus Bar”, se acercó un chico por detrás. Al verle, me sonrío y le saludo amablemente.
*
- No sabía si eras o no eras. No estoy acostumbrado a verte así, vestida”
- ¿Cómo la ves entonces? Comenta el africano, educadamente, claro.
- Siempre nos vemos ligeritos de ropa. Lo normal en esos casos.
- ¡Qué bien! -Comenta Marcel-
- Oh, la, la. -Exclama Moniqué con su acento francés-
Cuando el chico se va, dirijo mi más tierna mirada al africano. Al verle me sonrío. Vuelvo a mirar y no puedo contener la carcajada.
- ¡Carota! ¡Malandrina! ladra la coti-perra debajo de la mesa. Ahora no te libras del divorcio.
- No sabía si eras o no eras. No estoy acostumbrado a verte así, vestida”
- ¿Cómo la ves entonces? Comenta el africano, educadamente, claro.
- Siempre nos vemos ligeritos de ropa. Lo normal en esos casos.
- ¡Qué bien! -Comenta Marcel-
- Oh, la, la. -Exclama Moniqué con su acento francés-
Cuando el chico se va, dirijo mi más tierna mirada al africano. Al verle me sonrío. Vuelvo a mirar y no puedo contener la carcajada.
- ¡Carota! ¡Malandrina! ladra la coti-perra debajo de la mesa. Ahora no te libras del divorcio.
- ¿Quién es ese joven tan bello y atractivo? - comenta Moniqué-
- El socorrista. Vosotros en la playa y ella ligerita de ropa en la piscina. No me dejan entrar, no puedo vigilar y pasa lo que pasa.
- El socorrista. Vosotros en la playa y ella ligerita de ropa en la piscina. No me dejan entrar, no puedo vigilar y pasa lo que pasa.
- ¡Pedazo de cotilla! ¿ Voy a llevar abrigo?
- ¡ Mon amour! Desde mañana, os vais los dos a la playa. El agua del mar viene muy bien para bajar grasilla. Me quedo en la piscina con Aquí.
- ¡ Mon amour! Desde mañana, os vais los dos a la playa. El agua del mar viene muy bien para bajar grasilla. Me quedo en la piscina con Aquí.
- Marcel ¿Saldrá más económico si las divorciamos a la vez?
Seguramente.