viernes

Normalidad...



 

 La semana pasada me encontré a un grupo de escolares camino del teatro.  Pequeños, entre cinco y seis años. Iban de dos en dos cogidos de la mano. Un grupo variopinto de razas y colores de un colegio público cercano al teatro San Pol.
Al  ver a mi perrita se pararon. Todos querían tocarla.
Les dije:
-  De uno en uno para que no se asuste, si lo hacéis a la vez  va a tener miedo.
-  ¿Por qué? No vamos a hacerle daño
-  ¿Cómo te sentirías si se acercaran a ti tantos perros a la vez?
-  Me daría miedo
-  A ella también le da miedo tantos niños a la vez

Con la santa paciencia que tienen los maestros de niños de esa edad, esperaron, a que de dos en dos, la fueran acariciando.
Entre el grupito iban, de la mano, un niño negro con otro niño blanco.

Al niño negro le daba miedo. Le cogí la mano, se la pasé por el lomo de la Coti y se puso muy contento. El niño blanco besó en la mejilla al niño negro y me dijo muy ufano:
- Es mi novio
- Es un novio muy guapo, le contesto

Y otra me contesta:
- Yo soy la novia de los dos y aquella que está allí también es novia de los dos

Para completar el lío que me estaba formando, llega otro niño con la lengua de medio trapo:
- Pos yo, cuando se casen  Jasán y Antoñito voy a ser el padrino y voy a darle el biberón al hijo que van a nacer y cuando se divorcien, me caso con los dos y luego con Begoña y con María José y también voy a nacer un hijo con la seño, pero no me voy a casar con ella

Jasán abre la boca:
- Pos yo tengo otra novia que va a otro colegio y nos vamos a casar en verano y cuando sea invierno, pero no este, otro invierno, me caso con Antoñito y el hijo que  vamos a nacer va a tener dos colores, la mitad como yo y la mitad como él.

Otra más de lo más sensata y seria, habla y cierra la cuestión:
- Nos casamos todos y nos vamos a vivir a una casa muy grande y cerca del colegio y a la otra novia de Jasán, la traemos a nuestro cole y así puede conocer a la seño que va a nacer el hijo con Fernando ¿A que sí,seño?

La seño –no sé cómo no acaba loca- pregunta muy tranquila:

-  ¿Y quién os va a cuidar en esa casa grande a todos?
-  Pos los papás, es que somos pequeños y no podemos encender la cocina y los cacharros están muy altos y no llegamos...

-Venga,venga, poneros otra vez en fila que llegamos tarde

- Adiós perrita,adiós niña mayor…

 
Yo,la niña mayor,les despide con la mano. Miro a la Coti y le digo con cariño:

-    Menos mal que no hablas ¡Hijapordios!

 

15 comentarios:

  1. ¡Vaya por Dios, he llegado la primera!

    Vamos, esto que cuentas si te lo has inventado no es nada disparatado que lo digan los niños de hoy porque todo es cuestión de aprendizaje y como ellos no tienen ningún prejucio pero lo que ocurre es que han ido más lejos en sus apaños de los que hemos llegado los más "viejos".

    Divertido ha sido leer el relato. Un abrazo.
    Franziska

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    1. No me lo he inventado. Mi imaginación no llega a tanto, Franziska.
      Esa normalidad puede que cambie con la edad. De ello nos encargamos los´" más viejos"

      Me alegra que te haya gustado. Me voy para tus blog.

      Besos

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  2. La historia ha ido en total "crescendo", me quedo con la intriga si es real o ficción, en todo caso la que me espera como abuela!!!

    Besos

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    1. Pues sí, Pilar, te tocará todo eso y mucho más. Son libres con esa edad, luego somos los mayores los que estropeamos y encapsulamos su libertad

      Me hubiera gustado llevar la grabadora.Sí es real la conversación y me olvido de cosas de algunos más. Me reí, me sorprendí y me gustó mucho lo sucedido

      Besos

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  3. Real o no, me ha encantado. Imagino a esos peques y me dan ganas de comermelos.

    Saludos.

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    1. Ella, me hubiera quedado mucho tiempo con ellos.

      Daban ganas de achucharles

      Besos

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  4. Hola Aquí, me ha gustado mucho la historia, te saludo. Blanca, de Monologando.

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    1. Blanca, Blanca. Ya he dejado recado en el blog de saiz por si asomas la carita por allí.

      Me alegra "verte" y que te haya gustado.

      ¿Los niños de tu país son así de libres al expresarse?

      Un montón de abrazos

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  5. Jajaja, me imagino a la pobre Coti sin entender nada!!! Geniales los niños, como siempre.

    Besos!!!

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    1. Pues sí, Alix. La Coti no sabía que hacer. Se tapaba las orejas. Es tan púdica la pobre.
      Está como loca por salir de nuevo al blog.

      Besos y ya he visto que has vuelto a escribir

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  6. Los niños son como nosotros más la inconsciente certeza de que todo sigue siendo posible. Un niño soy yo sin la pesada presencia mía, esa que insiste en ser yo sin saber en realidad lo que dice.

    ¿Tu relato? ...ventanas abiertas y aire fresco.

    Un beso.

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  7. Es probable,Josep.
    Nos ponemos un corsé y nos volvemos prisioneros. Dejamos las ventanas y las puertas cerradas a cal y canto y nos hacemos viejos

    Quita tu pesada presencia y deja libre a ese niño...

    Otro beso

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  8. Ay los niños; siempre ocurrentes. Al menos me alegra que no tengan problemas inter-étnicos. Un abrazo amiga. H.

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  9. Hola, Homero.

    Los niños no ven la diferencia y en ese encantador grupo, como ves, no hay diferencia de razas ni de sexos. El tiempo nos dirá el resto.

    Muchas gracias. Me alegra que hayas venido, había perdido tu blog

    Besos

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  10. Y yo me había perdido esta gozada, ¡qué maravilla!

    Me encanta, y me gusta también ese colegio y la maestra que se ve no los coarta.

    Abrazos.

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