Cuando la puerta se abre, tu sonrisa me emociona.
Todo brilla cuando llegas, cuando hablas, cuando ríes.
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Todo brilla en tu corazón, lo presiento.
ResponderEliminarMe alegro mucho de esa luz!
Muchos besos.
Efectivamente así es, las persona que brillan con luz propia, no solo iluminan su propio camino, que también alumbran el camino de los demás... Es a través de esa luz, con la que podemos mirarnos a los ojos y reconocer lo que somos.
ResponderEliminarSaludo.
Sí, sí, sí.
ResponderEliminarBesos a las dos.
Gracias CRISTINA por pasar por mi blog.
Me encanta ese brillo. ABRAZOS
ResponderEliminar¿No se enciende una lámpara y se la esconde debajo del celemín!
ResponderEliminarYa no....
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