Cuando se abre el telón se siente en casa. Todo huele a jazmín y a madreselva.
Después de un chocolate vuelve a su hogar. Allí, tras el telón, ha quedado escondido el personaje.
Ahora es ella
jueves
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¡Qué gustazo!
ResponderEliminarUn abrazo.
Hola
ResponderEliminarSé que has pasado por mi blog.
Los Diablos Azules están en la calle Apodaca, ahora no recuerdo el número.
Lo anunciaré antes del evento.
Muchas gracias por tu visita y tu interés.
¡Suerte!
ResponderEliminarImagino que ella estaba tras el telón que no era espectadora...
ResponderEliminarLos restos de una gripe traicionera, me ha dejado sin puente.
ResponderEliminarMe están mimando mucho por la fiebre.
¿Qué puedo decirte, Isa?
ResponderEliminarBesos
Muchas gracias Elena. Ya está localizado. Si puedo ir, iré.
ResponderEliminarUn abrazo y mucha suerte
José Luis, se puede decir MIERDA, hablando de teatro.
ResponderEliminarAunque ahora no tiene mucho sentido por no existir los carruajes, pero la tradición, al parece se sigue respetando.
Le pasaré tu deseo a la artista
Un abrazo y mucho gusto de verte
Creo que sí, Miguel.
ResponderEliminarLe gusta despojarse del personaje y no quedarse enganchada a el.
A ver si me doy una vuelta por el casino, jaja
Un beso