viernes
Las zapatillas fucsia...
Ayer, después de tres meses he visto, a mi hija mayor.
Está preciosa. No ha parado de hablar, ni de contarnos cosas.
Hace menos de una semana que se enteró que podría haber venido a casa, por su incapacidad o discapacidad.
Hija...
Sí, mamá. Lo soy, no pasa nada...Estoy viviendo la vida que me gusta y me siento feliz. Me gustaba el trabajo, el ritmo que llevaba. Todo cambió y he ido aprendiendo. La vida me ha dado la oportunidad de vivir. Salvo en la memoria, que a veces no recuerdo las cosas, todo es perfecto.
* Recuerdo cuando nos dijeron:
Debéis traer unas zapatillas - botas, de esas de deportes, con la puntera dura
Veía a mi hija en la nave espacial y no entendía para qué narices querían las deportivas.
Es para mantenerles los pies derechos y no tenga dificultades, más adelante, para poder andar.
A Lo, no le gusta el color fucsia. Sus hermanas decidieron que nada de color blanco, negro o azul, que era, al parecer, la costumbre, de color fucsia serían las zapatillas. Así, si abría un ojo y las veía, se levantaría de golpe y nos miraría.
Cuando se lo contamos, nos dijo con su risa cantarina:
No me mató el aneurisma, pero si llego a ver en mis pies las zapatillas fucsia, me muero del infarto.
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Por fin me entero del por qué de las zapatillas fucsia y me he emocionado y todo ¡ay, si pudieramos ver cuando no podemos ver!
ResponderEliminarMil besos y abrazos.
Cuanta ternura y amor tras esas zapatillas fucsia, me alegro mucho que de nuevo hayas podido ver a tu hija y de leerte en el blog. Un abrazo grande
ResponderEliminarEmpezaré y terminaré dándote un abrazo. Emotivo texto y, como dice Montse, ahora entiendo el títutlo de tu blog.
ResponderEliminar¡Qué hermoso! ¡Cuánto me alegro de que sea feliz!
ResponderEliminarQué más podemos pedir: ver felices a los hijos nos colma.
Gran abrazo.
No sabía lo de las zapatillas una anécdota muy bonita que tu hija se ha tomado con mucho humor.
ResponderEliminarMe alegro y espero estéis bien.
Besos