Hay personas que mueren de amor
Y del dolor del amor, también...
Foto de Debbie Reynolds con su hija Carrier Fisher
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Increíble historia,no?. Cuando ya habían limado aristas que arrastraban de una vida complicada, la de ambas, se fueron. Por eso, hay que tratar de no perder tiempo con líos que no llevan a nada.
ResponderEliminarTe voy a añadir a mi lista de blogs. Un beso
Fiorella, es probable que por esa misma razón, la madre no soportara el dolor.
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El dolor ha matado a muchas madres.
ResponderEliminarEstoy de acuerdo con lo que dice Fiorella, no hay que perder el tiempo en absurdas desaveniencias.
Muchos besos, solete ;)
uf, Montse. Es un tema durísimo. Si un día soy valiente contaré.
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Siempre pienso que la vida es tan corta que no nos deberíamos ir hasta acabarla un poco más, y Carry se fue como tantas personas pronto. Yo no conocía su faceta de humorista y hace poco vi un documental suyo: Wishful Drinking. Merece la pena verlo, también para comprender lo negativo de la fama.
ResponderEliminarBesos.
La fama, Isa, tiene dos caras y cualquiera de las dos hay que saberla controlar. Por exceso o por defecto pasan factura.
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Hay amores que traspasan límites imaginables
ResponderEliminarBesos