sábado

Otoño...


"Te recuerdo como eras en el último otoño.
Eras la boina gris y el corazón en calma.
En tus ojos peleaban las llamas del crepúsculo.
Y las hojas caían en el agua de tu alma.

Apegada a mis brazos como una enredadera,
las hojas recogían tu voz lenta y en calma.
Hoguera de estupor en que mi sed ardía.
Dulce jacinto azul torcido sobre mi alma.

Siento viajar tus ojos y es distante el otoño:
boina gris, voz de pájaro y corazón de casa
hacia donde emigraban mis profundos anhelos
y caían mis besos alegres como brasas.

Cielo desde un navío. Campo desde los cerros.
Tu recuerdo es de luz, de humo, de estanque en calma!
Más allá de tus ojos ardían los crepúsculos.
Hojas secas de otoño giraban en tu alma".


8 comentarios:

  1. Hola Luna.

    Poema cargado de sentimiento y razón de ser. Que quien decide expresarlo parte de un origen hacia un destino... ¿Logrado éste? ¡Sin duda!

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  2. Precioso poema que parece ser tuyo porque no veo autor al pie. ¡Anda que no guardas na!
    Besazo

    ResponderEliminar
  3. Y que el perfume de esas hermosas lavandas siga llegando junto con la salud y la felicidad.
    Abrazos

    ResponderEliminar
  4. Un poema muy pleno por su profundidad y belleza, cada una de sus letras tocan el alma.
    Feliz Domingo! Un cálido abrazo.

    ResponderEliminar
  5. Un bellísimo poema que huele a jacintos y a hojas secas ¡estás hecha una poetisa!
    Me ha encantado :)
    Besos y abrazos.

    ResponderEliminar
  6. Excelente elección. Este poema de Neruda, cargado de sentimiento, es una maravilla.
    Gracias por compartir.
    Un fuerte abrazo.

    ResponderEliminar
  7. Ernesto, sí.
    hacía la soledad del señor del banco.

    Isa, La lavanda sigue su curso feliz. Gracias.

    Manuel, Neruda me emociona siempre.


    Un abrazo y gracias a todos por pasaros por Aquí.

    Montse, de escribir poemas nada de nada. De leer sí. Fíjate, escribes una entrada espiritual y a mi me lleva al erotismo, jaja.

    Cristina, Ese señor que cada día se sienta en el banco, me suena a soledad.

    ResponderEliminar

Archivo del blog