martes

La estación vieja...





 Para llegar al lugar de la foto se pasa por la cárcel de Soto.

Su nombre original era Chozas de la Sierra. En 1959 y por votación popular, se le cambió el nombre por el actual. Allí nació el arzobispo Morcillo y el nombre no le gustaba al tal señor.

Los vecinos de Soto no querían la cárcel en sus entornos y se manifestaban cada día cortando carreteras. La cárcel se abrió.

Muy cerca de la cárcel que estaban construyendo había una estación alejada de todo.  Un precioso edificio, sin tráfico de trenes, que siempre me gustó. Me disgustaba que un lugar tan bonito se fuera deteriorando y ningún estamento hiciera algo para recuperarlo.

Al fin se restauró y abrieron un restaurante de cinco tenedores
¿Aquí, en medio de la nada?
 Al mes de estar abierto nos fuimos a comer. Nos recibieron con copa de cava y ricos canapés.
Gorrazos por aquí, reverencias por allá. Una mesa estupenda para diez mirando hacia el pantano.
Debo reconocer que mi bolsillo tardó en recuperarse

- Oye ¿Esos que están allí no son...?
-Sí, es que han metido al truyo a uno de sus amigos.

Un camarero, joven y dicharachero nos dijo que en esa cárcel había gente importante y que se llenaba el restaurante de los amigos que iban a visitarles.
Años después cerraron otros centros y se mezclaron todos, salvo en el restaurante que sigue abierto para gente elegante.

El sábado pasé por allí, muy cerca de la cárcel, y puse el dedo como se debe poner en esos casos

Espero que se queden muchos años.



* Gracias por vuestra preocupación.









 

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