martes

A sus pies...

Admirada, respetada y querida dama del teatro. Nuria Espert.





Me encantaría decirle, cara a cara, que la primera vez que la vi actuar fue con la obra Yerma. Aquí la que suscribe tenía pocos años y me quedé enganchada a usted a Lorca y al teatro. Tanto me fascinó que todo el tiempo que estuvo la obra en cartel fui a verla cada día. Tenía a mi padre harto. Me dejaba en la puerta y volvía a recogerme. Me recogía llorando de la emoción que sentía.

Hace muy pocos días vi Incendios y salí impresionada, emocionada, confundida y pensando como se puede ser así, tan potente que hasta cuesta respirar.

Le han dado un premio más y al oír su discurso me he emocionado.




Viva usted muchos años y viva muy feliz. Se lo tiene ganado y bien ganado.


 ,

miércoles

Una pintura...

 
 
 Preciosa o a mí me lo parece...
 
 
 
 
 
 
Un roce al paso,
una mirada fugaz entre las sombras,
bastan para que el cuerpo se abra en dos,
ávido de recibir en sí mismo
otro cuerpo que sueñe

sábado

Otoño...


"Te recuerdo como eras en el último otoño.
Eras la boina gris y el corazón en calma.
En tus ojos peleaban las llamas del crepúsculo.
Y las hojas caían en el agua de tu alma.

Apegada a mis brazos como una enredadera,
las hojas recogían tu voz lenta y en calma.
Hoguera de estupor en que mi sed ardía.
Dulce jacinto azul torcido sobre mi alma.

Siento viajar tus ojos y es distante el otoño:
boina gris, voz de pájaro y corazón de casa
hacia donde emigraban mis profundos anhelos
y caían mis besos alegres como brasas.

Cielo desde un navío. Campo desde los cerros.
Tu recuerdo es de luz, de humo, de estanque en calma!
Más allá de tus ojos ardían los crepúsculos.
Hojas secas de otoño giraban en tu alma".


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